Levantamos
la mirada cuando el mundo no nos sorprende, o paraliza. Cuando no hay sentido
en dar un paso más y el agotamiento mental de un doblepensar nos nubla. Y es entonces que encontramos
pequeños espacios de alma, sin sonido ni tiempo, sin quejas, murmullos u
opiniones.
No
necesariamente encapsulados en nubes, pero si aglutinados entre muros y
escarcha.
La
composición más frecuente en un recorrido celeste, es siempre una trepadora o
buganvilla, un grueso y alto muro que no invita una mirada al interior, pero si
hacia su fin.
Se
encuentra en Imágenes de acción son un inminente de lo desconocido, una pequeña
caja de pandora, donde se puede ver desde el espejo, diferentes ópticas con un
poco de movimiento.
Esa
tira de fotogramas que pasan por tu mente se provoca desde su efecto inintengible.
No es
necesaria una memoria táctil del objeto con una buena visión de el mismo.
Este
objeto causa memoria en nosotros desde sus cualidades no físicas, pero la
imagen inmediata suele fugar desde un elemento provisorio, escondido en el
paisaje. Como lo inusual llega a dominar nuestra mirada, y sujetar mejor
colores, texturas y composición.
Debajo de un ombú y entre otros álamos, el sol dió silueta de raíces.