viernes, octubre 15, 2021

Puertas de Niña

Cuando iba con mis padres a comprar muebles o ropa, siempre me gusto esconderme entre la ropa; el sentimiento con ella ahora, no ha cambiado mucho, claramente siento la diferencia entre una amarilla falda y una polera triste.

También jugué a esconderme en armarios ( mientras entrara sin romper nada, claro). Siempre tras madera, en los parques, bajo un columpio, tras un árbol, o colgada en este. En el campo, entre las higueras, el maizal y la viña. Esconderse, reírse bajo, gemir cansada de correr por llegar lejos, por no ser vista, por disfrutar nunca ser encontrada y ganar.

Y sí, sé que de niña, no había una forma clara de ser mujer, madre, novia o amiga.

Me correspondía obligada, recibir reclamos por no ser muy femenina o muy masculina (?).

Creo que fui la nena con mas dudas y menos respuestas u oídos de niña. Escribía mucho, Pensaba el doble, dibujaba el triple; y pese a que los senos, cintura y caderas estaban trazados con mucha geometría y teoría, no tenia idea de por que disfrutaba mas ver referencias de mujeres que de hombres, "¿Mi zona de confort? Son lo que mejor dibujo."

Nunca me gusto el rosado, ni el morado, estaba relacionado a las niñas "lindas", y que poco a poco comencé a odiar. Hoy tomo el color de otra forma, pero sigue prefiriendo el amarillo o el azul. Quisiera saber si salio del color todo esto, y todo lo que dudaba entonces.

Comencé a odiar rasgos "muy femeninos" por no encajar, por hacer el ridículo intentándolo, porque todo el mundo en ese lado reìa mas, mentía mas, murmuraba más. Como niña, no quería estar parada de ese lado, no. Desequilibrado para mi físico, muy equilibrado para sus juicio

Y pase del odio a amar los rasgos anàlogos al odioso, perfecto y falso rosado, mas quietos, sobrios, humildes, pasteles... cafès o azules, ¿Te has puesto a pensar cuantas cosas cafè nos sostienen y ensucian? Las lombrices mas largas estan en el barro mas mojado, mas oscuro. Y lo lindo que es limpiarse el barro descalza con una manguera del "azul" del agua de los lagos.

Usaba muy poco de Hi5, y con facebook habia tantas cosas nuevas que ver en paginas, pero con tan poca gente que 1000 likes significaba ser una celebridad, local al menos. Veia videos de Youtube sobre dibujos, series, anime, comenzaba a subir mi dibujos a internet,  tambien unos "medio digitales" a full punteria de un Mouse Micronics. Hice amigos virtuales, los dibujitos chinos y videojuegos, encontre una comunidad pero me encantaban los dibujos de Ebira. 

Siendo 2010 aproximadamente, tenia todo el talento que yo esperaba tener algun dia, comence a estudiar para alcanzar no su trazo ( ingenuamente en algún punto llegue a pensar que ya tenia su nivel de dibujo), si no el color, el sufrido color que es durísimo en hoja, en lapiz de color y pasteles.

Ebira parecia dominar todo, digital, acuarela y lápices encima no estaba lejos, ni de mi edad ni ubicacion geografica, creo que fui su primera fan, hace unos meses, me envio un mensaje por mis dibujos en instagram diciendo que le encantaban... Creo que fue la primera mujer que admire.

Nalea, su nombre ficticio por ahora, era el canon de marròn y azul, amarillo y rojo, aunque ella decia que le gustaba el gris, la miraba completa, y llena de sol detras de su espalda, sucede esto con todas las persona que admiro, pero ella fue la primera. 

Sus mejillas rojisimas, tan faciles de poner nerviosas, su risa ahogada por bromas sexualmente simples para tener trece años, tambien apretada por los brackets, tenia unas caderas y hombros geométricamente femeninos,  un aroma dulce cuanto leia en el recreo, lo que màs le encantaba dibujar eran hombres, y le salian muy bien. 

Justo ahora pienso que tal vez ella experimento el color de otra forma, por como se comunicaba, pero compartiamos alguno supongo, se reia de lo mio, bailábamos lo mismo, y escuchabamos lo mismo. No se cuando empezamos a ser <<amigas>>, pero ahi pude sentir algo de felicidad.

Nos escondiamos tambien, debajo de los pupitres, de las demas, reírse en papeles con dibujitos, por no ser vistas no haciendo, solo dibujando, por disfrutar nunca ser encontradas.

Jugar con la idea de su cuerpo en el papel y un lapiz HB, era el trazo mas dificil de borrar, odiaba que ninguna de mis, a mi criterio hoy, deformidades, ninguna tenia sus pecas, ni sus ojos o algo de su risa en ella. Eran dibujos muy feos, pero todo se arreglaba cuando pintabamos juntas algo o se nos indicaba dibujar un mural juntas. Entre las 6 u 8 amigas que eramos, se difuminaban tanto las demas, aunque las tuviera a 2 mm y a ella en la biblioteca.

Las faldas se acortaban y el salon diluia mas el rosado, Nalea paso a tener otros amigos fuera de clase, y otros intereses, y trate de que no fuera tan doloroso, mi cabeza solo borro el dia que borre, es gracias a mi madre que le puedo decir a cualquiera que es la primera vez que llore por amor, sin saber que lo era.

Nos graduamos, de amigas, de hablar y de frecuentar. Creo que me estanque en esos colores un tiempo 

Se que nadie ve a la oruga en primaria, pero yo vi su capullo en clases y parte de sus alas, hoy espero que en algún punto las use para salir a todo color de el.

Extraño colorear con ella, o que me enseñe lo poco también ella sabia entonces, y que supiera cuanto sabe ahora de color. Si encontró algo de amarillo detras de una figura resplandor, Nalea provoco el mas inocente amor que senti, porque nunca supe a que mas pretender con ella, no hubo pasos, orden, reloj. 

Firmemente creo que aunque pasen todos los años y fases de color que me toque ver, no creo encontrar esa misma persona dos veces, ni siquiera en el cuerpo de Nalea o el de Ebira.

Mi madre es un naranja extraño, porque solo podria ser roja para figuras que fingen ser mas debiles por amor, y entender su enojo y encendido color a veces. Pero tan debil para un asqueroso verde petroleo o guinda palido. Mi abuela siempre tuvo un rojo intenso cuando hablaba o se reia conmigo. pero le sucedia lo mismo, contra colores abusivos. Me sucede lo mismo. 

Ella solo se apagaba cuando en la carretera el sol pegaba directamente con sus rostros, y dejaba de sonar el motor, con el enojo de un mal dia y la pasion de toda noche, encaminada en llanto o silencio.

Por edad, mi abuela cambio su rojo por un fucsia en tela detrás del sol, ardiente... la ultima vez que la vi brillar con noche de por medio, y un foco algo azul encima, que ponia su piel casi verde, casi no viva... Fallecio un dia despues, no me intimida el celeste gris del velatorio, ni los rostros del mismo tono al rededor de ella, pero en su entierro la relaciono mucho a la cortina que tenia una habitacion de casa de mi bisabuelos,  la cortina cambio su intenso rojo por un fucsia al ser tela bajo el sol, era muy cegante, incomodo pero real, aceptar que la ultima vez que la vi, estaba detras de esa cortina pero viva y con latidos en mis sueños; el fucsia es el color que mas sonrisas me saca llorando.

Tenia esta puerta en mi cabeza entreabierta porque la idea estuvo ahi unas semanas... pero no se arma completa hasta que la escribo aquí.

Estoy feliz de que el amarillo que llego a mi vida para salir con algo mas de autoestima, me ha llevado a ver mas colores en mas personas. Y todas tienen de Almendra, Nalea, Ebira, mi madre o mi abuela. Todas las mujeres que me marearon con sus colores, me tallaron a ellos, hasta mi propia libertad de los recuerdos, o mi indecisa voluntad. 

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